Arte

                                La construcción más vistosa de Pozuelo es la Casa-Palacio de los Coroneles, con su torre a la derecha y media docena de rejas hermosísimas en las ventanas. Se levantó en el setecientos, según parece, y ofrece ese aspecto sobrio e imponente de las casas manchegas que en tiempos pertenecieron a la gente notable. También es digno de mención, dentro de la arquitectura popular civil, el molino antiguo, situado en las afueras, detrás de la gasolinera.

                Los patrones del pueblo son San Bonifacio y San Bartolomé, y a éste último está consagrado su templo parroquial, una iglesia barroca del siglo XVIII cuya cúpula se desplomó al siglo siguiente.

                La parroquia se adorna con un San José salido del taller de Roque López, una de las piezas más tardías del escultor en nuestra provincia (1810). Roque López, que se educó y realizó la mayor parte de su producción dentro del barroco, fue siempre reacio al neoclasicismo que imperó en sus últimos años. No obstante, en la imagen de Pozuelo se deja ver la corriente neoclásica en una policromía menos matizada.